Ser finita pone patas para arriba el mundo de Barbie porque nuestra cultura es contraria a la muerte y al envejecimiento. Aceptar lo inevitable es también experimentar una determinación decidida a pasarla lo mejor que uno pueda. Carlos Gustavo Motta reflexiona en su columna de fin de semana en MDZ.
Cuando ella piensa en la muerte, no tarda en despertar de su ilusión. Un mundo que aparenta perfección y pura estética, un mundo donde la cotidianidad se repite sin que nadie tome conciencia. Allí todos se llaman Barbie y Ken y sin embargo, se conocen entre sí. A la Barbie estereotipada (así ella se nombra) se le ocurre un interrogante que la hace vacilar y que resulta necesario hallar la respuesta en el mundo humano. Es momentos partir de Barbieland a tierras extrañas. En otro tiempo y espacio.
El mundo real se impone junto a un polizón que se encuentra escondido en su auto quien se encuentra enamorado (sin ser correspondido). El CEO de Mattel se entera de la presencia de Barbie y tratará de evitar a toda costa de encerrar a Barbie en su caja de plástico. Barbie es Margot Robbie. Ken es Ryan Gosling. Ella no es un juguete sino que es sinónimo de femineidad y su mensaje actual no es el de ser una mujer perfecta capaz de ejercer cualquier profesión en el planeta sino de plantear diversos niveles de lectura que durante varios meses seguidos continuaremos leyendo en todos los medios posibles. Habrá numerosas interpretaciones, algunas acertadas otras ni tenidas en cuenta.
Si Barbie no se encuentra con su destino, corre el riesgo de estar atrapada en una red de consumo cuya condena será la de ser funcional a las leyes de mercado y a las leyes masculinas normativas. Y se enfermará sin saber por qué. La diferencia en la salud provocada por el género es real, aunque se subestima. El médico Gabriel Mate escribe El mito de la normalidad (2023, Tendencias Editorial) y allí afirma que las mujeres están más sometidas a enfermedades crónicas incluso mucho antes que la vejez y atraviesan más años de mala salud y discapacidad. Dolor crónico, fibromialgias, artritis, enfermedades autoinmunes.
Una de cuatro mujeres está tomando remedios psiquiátricos en las principales ciudades del mundo. Se añaden pastillas para dormir y ansioliticos. Existe estrés en ser mujer en una sociedad heteropatriarcal. Ya no es secreto que más allá de la infancia, las mujeres se enfrentan en esta cultura a la amenaza constante del acoso sexual, tanto en la vida privada como en la profesional. El sufrimiento de los hombres también forma parte del ciclo patriarcal: el tabú contra la vulnerabilidad es dañino. La ira puede ser más permisible éntrenlos hombres, no así la tristeza, el dolor o la debilidad.
Lo que está sucediendo en nuestras vidas es justo ahora. La elección que tenemos es emprenderlo ya o esperar una ocasión más apremiante para iniciar un aprendizaje que si bien, nunca es tarde, es una pena no haberlo iniciado a tiempo. En Barbie destacamos la siguiente frase: Los humanos solo tienen un final. Las ideas viven para siempre pero es necesario ser la imaginación.
*Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.
Publicado en mdz