Palabras, números, gestos: magia y superstición

Palabras, números, gestos: magia y superstición

Las personas construyen un mundo que les permite alimentar la ilusión de llegar a conocerse y dominar su propio destino. Así lo describe este finde Carlos Gustavo Motta, columnista en MDZ.

Algunas de las obras de arte primitivo y que han llegado a nosotros, revelan la presencia de creencias mágicas. Entre 1880 y la Primera Guerra Mundial confluyó en la historia, ciencia, espiritismo, ocultismo. En toda Europa, científicos, artistas, escritores se dedicaron a estudiar estos fenómenos. El ilusionista que en una fiesta infantil pronuncia la palabra abracadabra es  que no sepa que repite una fórmula mágica hebrea de casi 2000 años antigüedad. Los médicos del siglo II recomendaban a sus pacientes que utilizaran esta palabra para curarse de cualquier enfermedad.

Durante la edad media, el término era considerado eficaz incluso en el combate contra las plagas. Es que hay infinita cantidad de ejemplos de creencias en el poder mágico de las palabras. La gran cantidad de supersticiones relacionadas con espejos son fruto de ideas donde el reflejo es una extensión del alma. La aventura sobrenatural de Esther Cross y Betina González (2023, Seix Barral) es un libro que relata esta historia a través de biografías de sus protagonistas donde Sigmund Freud, tiene un duelo con un grafólogo y estas escritoras, brillantes por cierto, nos cuentan episodios que sucedieron con Oscar Wilde, William Yeats, R.L. Stevenson, Alice James entre otros.

El libro está construido por las lecturas que llevaron a sus protagonistas reflejados en la publicación, a un momento donde sus vidas hicieron sinapsis con la aventura sobrenatural de su tiempo. Ellas señalan que es un libro escrito a cuatro manos y en pandemia donde ese tiempo en suspenso que hemos vivido todos (y aquí en Argentina casi por 9 meses) pudieron leer libros e incluso revistas olvidas plagadas de simbolismos.

Freud es protagonista de varios capítulos donde muestran el esmero por demostrar a la ciencia la seriedad de sus investigaciones. Se despega de las esoterías y del ocultismo porque le toca vivir en el revival del espiritismo. Con sus investigaciones de los sueños, de la psicopatología de la vida cotidiana, de la hipnosis, lo que hace Freud es desmalezar la paja del trigo: los farsantes de los médiums o la telepatía. Sin embargo no los ignora ni los desprecia. Solo lo observa, lo comenta y le hace frente.

Agrego algo que podemos encontrar en su ensayo Psicopatología de la vida cotidiana (1901). Allí Freud dice que “como todos los seres humanos, he tenido premoniciones y he experimentado infortunios, pero unas y otros no coincidieron entre sí, o sea que las premoniciones no les siguió nada y el infortunio se abatió sobre mí sin anuncio previo”. La superstición es una expectativa de infortunio y quien ha deseado el mal a otros pero a consecuencia de haber sido educado para el bien, reprime, desaloja a lo inconsciente tales deseos y luego esperará el “castigo” de esa maldad como algo amenazante que proviene del exterior.

Lo que hace Freud es desmalezar la paja del trigo Foto: Youtube

Esto hace pensar que cuando las nociones empíricas sobre el funcionamiento de la naturaleza y de la sociedad no suministran respuestas satisfactorias, las personas echan mano a creencias de carácter mágico para escapar de las angustias y de las incertidumbres propias del malestar que nos toca diariamente vivir. La supervivencia de tales creencias en la sociedad actual va en contra del desarrollo de la ciencia, de la tecnología o de la inteligencia artificial (tan cuestionada actualmente) que deberían dejar cada vez menos espacio a lo sobrenatural. Sin embargo, olvidamos que la cultura científica es aún privilegio de un sector reducido de la población mundial.

Para la mayoría de los habitantes de Europa o de América, la sociedad y la ciencia continúa representando fuerzas misteriosas, con frecuencia inquietantes. A pesar de los cambios que ha experimentado la humanidad, los problemas están lejos de haber sido resueltos y mientras persistan, la magia y las supersticiones harán de las suyas.

*Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.
Publicado en mdz

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