No hay desvaríos de las bestias de la Tierra que no sea infinitamente superado por la locura del hombre

No hay desvaríos de las bestias de la Tierra que no sea infinitamente superado por la locura del hombre

En el ultimo sábado de este año 2023 que se está despidiendo, las propuestas desde la psicología de Carlos Gustavo Motta en MDZ.

La frase pertenece a Herman Melville en su célebre obra Moby Dick, primera novela americana que marca una epopeya que arrastra al lector a continuar la búsqueda del narrador para descubrir un sentido desolado de su alma. En el relato se afirma que la grandeza mortal no es sino enfermedad. Otro fin de año ha llegado y con él se renuevan las esperanzas que incluso puede surgir en tiempo de crisis recordando aquella premisa oriental donde se afirma que cualquier evento desafortunado puede convertirse en una gran oportunidad.

La esperanza de construir todo aquello que puede encontrarse destruido se puede realizar sobre bases más sólidas y logrando que sea más duradero que antes. El concepto de nagomi que se desarrolló en Japón tiene equivalentes en otras partes del mundo.

Consiste en mezcla y equilibrio de distintos factores que tiene cinco pilares

  1. Mantener relaciones felices con tus seres queridos aunque no estés de acuerdo con ellos.
  2. Aprender cosas nuevas sin dejar de ser fiel a ti mismo.
  3. Encontrar una sensación de paz en todo lo que hacemos.
  4. Combinar ingredientes aparentemente incompatibles con el objetivo de lograr un equilibrio en armonía.
  5. Conocer la vida.
Encontrar una sensación de paz en todo lo que hacemos. Foto: MDZ.

El fin de año siempre es propicio para apuntarnos a clases de pintura; escritura creativa; cantar; tocar un instrumento entre alguna de las ocurrencias que proponemos tener para nosotros mismos. Como si ello significara un nuevo comienzo. Sin embargo, sólo es cuestión de encontrar algo que nos guste hacer y sin que importe lo que puedan pensar los demás. Así un poco cuando éramos niños un tanto creativos, un tanto impulsivos.

Escuchar nuestra voz interior, sea cual sea el entorno social, puede aspirar a la construcción de un camino, del nagomi, de la forma creativa que intenta superar dificultades, las que podemos conocer todos y fundamentalmente, las propias. Somos únicos y nuestra felicidad también. 

El cambio de mentalidad puede ayudarnos a resolver los inconvenientes que vivimos. Existen para la psicología tres niveles de conciencia que permiten calibrar en qué punto nos encontramos. Se presentan de modo simultáneo. Se puede permanecer en aluno de ellos durante cierto tiempo y lo ideal sería que coexistan.

El cambio de mentalidad puede ayudarnos a resolver los inconvenientes que vivimos.
Foto: MDZ.

El primer nivel es la conciencia del ego

Es la personalidad y el cuerpo. El objetivo es ganar y ser el número uno. Aquí pasamos mucho tiempo midiendo nuestro éxito dependiendo cómo te comparas con los demás. Es un nivel de carácter engañoso, imaginario, muy consistente. Debemos domar este nivel exigente e imposible de satisfacer. Es el nivel que encontramos la desesperación, la ira, el odio, la amargura, el estrés y la ansiedad o la depresión. 

El segundo nivel es la conciencia grupal

Hay otros que incluimos que no son de nuestro grupo primario. Es la pertenencia, la herencia (pero no de bienes materiales), nuestros orígenes, nuestras creencias, nuestro lenguaje, nuestra afiliación política. Es la conciencia de grupo donde se trata de lo cotidiano, El peligro es que lo que el grupo dicta se pueda convertir en tu tarjeta de identificación y dejar de lado tu propio deseo. 

El tercer nivel es de nuestra conciencia creativa

Sentirnos conectados pensando que todos podemos ser uno y que el daño dirigido a los demás es un daño dirigido a nosotros mismos. Es cuando sabemos que existe un solo remedio para el momento del desamor vivido: es amar más. La felicidad, esa que buscamos cada día y que no encontramos porque nos miramos a nosotros mismos. En cambio, cuando damos amor y lo recibimos, algo sucede íntimamente.

Amor y felicidad es mi deseo para todos los lectores aguardando un 2024 donde puedan cumplirse parte de nuestras aspiraciones.

*Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.
Publicado en mdz

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