El arte es como una sala de espejos múltiples

El arte es como una sala de espejos múltiples

Instalado en Nueva York, el artista Eugenio Cuttica brindó una entrevista exclusiva a MDZ.

Eugenio Cuttica es un artista contemporáneo nacido en Buenos Aires. Expone desde hace más de 30 años en galerías, museos y centros culturales, ferias de arte internacionales, etc. Su obra se sustenta en una fuerte impronta de sincronicidad y conexión con lo que él llama la “frecuencia infinita sin dimensión temporal”. Plantea la belleza como un concepto, no como una construcción intelectual sino como algo que simplemente está sucediendo, apelando a la idea de que el artista es un vehículo de energía que fluye y resulta tan sólo un medio.

A través de su fuerte convicción de resaltar una realidad invisible a los ojos, las obras de Cuttica establecen correspondencia con sus espectadores, una conexión que les permite redescubrir un estado de contemplación y afirmar de este modo su librepensamiento.

-En una sociedad atravesada por la violencia o las antinomias ideológicas, qué lugar tiene el acto creativo y cómo crear con tanto ruido de fondo generalizado?
-Mantener el silencio, mantener el centro, mantener el espacio mental, tratar de mantener el vacío, el pozo necesario de silencio anterior al pensamiento creativo al recurrir al hemisferio derecho, cuesta veinte veces más que antes. Está todo en contra de un pensamiento constructivo y coherente de acuerdo al lenguaje sagrado, de acuerdo al lenguaje como un sistema algebraico perfecto. Hoy todo es disfuncionalidad, resulta muy dificultoso hablar con la gente en general. Creo que hay un 95% de las personas que tienen una forma de pensar disfuncional pospandemia. Estoy convencido de que una vez finalizada la pandemia la gente continúa viviendo en una pandemia mental y que una vez finalizado el encierro, ese estado de reclusión se prolonga a la mente: encerrado en su mente limitada por las restricciones y por el miedo. En este momento no encontramos en una especie de mentalidad de pandemia sin pandemia, lo cual resulta más dramático aún. Porque estando en pandemia el estado de pánico, queda la persona como en estado de perplejidad o estupor sin capacidad, sin poder cognitivo como para poder sentir algo o pensar algo. Resulta bochornoso ese estado mental que perdura en un estado sanitario preponderantemente sano. Esto por lo menos me crea a mí una perturbación muy grande. No sé de qué modo tratar a la gente o no saben cómo tratarme a mí. Existe una desconexión total. Es difícil mantener una conversación coherente, difícil reunirse, siempre aparece una excusa para no hacerlo. Existe la voluntad de juntarse pero siempre hay obstáculos que no permiten que se concrete el hecho de estar uno frente al otro siguiendo una conversación. Todo está diseñado en contra de que eso suceda pero diseñado dentro de las personas. Se ha creado ese diseño mental. Paradójicamente, la forma que tengo ahora de mantener este silencio creativo es aislarme no sin sentir dolor por ello.

Debo recurrir a aislarme para protegerme de la locura que todavía reina en todas partes. Estoy recluido a pesar de saber que puede ser algo pernicioso y también estoy evitando los proyectos que mayoritariamente me presentan porque estoy seguro van a terminar en frustración. Van a terminar en una inoperancia que simplemente se da porque está en la atmósfera. La inoperancia de todo. La disfuncionalidad. La máquina de impedir está a full y nadie sabe por qué. Nadie lo recuerda. La pandemia está adentro. Ya no se arregla con quedarse en la casa y no salir porque ya ingresó en la mente/cuerpo de cada uno.

-Los proyectos personales, ¿son pinceladas que representan recortes de nuestra vida que reflejan la conciencia o van más allá de nosotros mismos?
-Los proyectos personales son los espejos. Los proyectos personales en cuanto a literatura o artes plásticas o cualquier otra rama de las disciplinas artísticas ya de por si al elegirlos, reflejan un poco quienes somos. Lo curioso de todo esto es que pensamos en hacer un proyecto y lo pensamos con el hemisferio izquierdo es decir, proyectamos. Tenemos un plan. Hacemos un boceto mental. Hacemos un pre-proyecto. Pero siempre, siempre, siempre resulta que el proyecto termina en otra cosa. Entonces la pregunta para formularse es: ¿Cuál es el proyecto? ¿El que pensamos, el que diseñamos, o el que finamente termina resultando? Y agregaría otro interrogante: ¿Quiénes somos nosotros? ¿Los que pensamos el proyecto o los que hacemos y se llega a un resultado? Somos esto último. Por eso el arte es como una sala de espejos (de múltiples espejos) donde nos reflejamos de múltiples formas y la forma en que nos vemos en el último espejo es lo que realmente somos. Para saber cómo estamos, por ejemplo y para ejemplificarlo, muchos dicen  “no se te ve bien”, “estás triste” y hacemos una pintura abstracta y resulta una pintura llena de color de entusiasmo, llena de alegría. Entonces aparentemente estamos deprimidos pero en el interior estamos intactos. Y así puede pasar de forma inversa. Creer que estamos muy arriba y estamos solo actuando para esconder una depresión. Y cuando hacemos un cuadro lo hacemos con colores oscuros, lo hacemos con claroscuros dramáticos.

El arte sirve para conocernos realmente sobre quiénes somos y cómo estamos. Entonces ese resultado es cómo verdaderamente estamos es nuestra conciencia. Es la identidad de la conciencia que está detrás de la máscara. El que diseña un cuadro lo piensa y lo comienza a hacer: esa es la máscara. El mismo proceso creativo provoca que atravesemos esa máscara y nos encontremos con la identidad de la conciencia que es lo que realmente somos. Eso, volviendo a tu pregunta, es lo que va más allá de nosotros mismos y esa es una definición del arte: lo que está más allá. Cuando se hace lo que sea con arte se abre un portal. Aumentan los sentidos. Todo aumenta debido a la concentración que se lo hace. El sentido de excelencia y cuando se lo realiza de ese modo el éxito es inevitable: si lo construimos sólo con la máscara podemos perderlo todo, en cambio, si podemos recuperar la voz interior nuestros logros serán las expresiones de haber puesto las manifestaciones de la vida diaria que nos permitiremos olvidar para que no interfieran y sean un obstáculo. Ese es el poder que tiene el arte. El éxito personal de lo que uno puede llegar a elegir.  

*Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.
Publicado en mdz

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