Semana sin vacaciones

Christine Angot ha escrito una nouvelle que no da respiro y que el propio Jacques Alain Miller presenta en el Teatro Sorano.
La temática se centra en tres tipos de encuentros amorosos: los de la razón, los circunstanciales y los excepcionales.
Ella se presenta a la consulta derivada desde la Red de la EOL luego de tres semanas de haber asistido a la entrevista de derivación. “Se perdió” me dice y también agrega que no puede desempeñarse en su trabajo puesto que su actividad principal es la prostitución y no lo puede hacer porque es alcohólica y que ella cree huyó de su país para refugiarse en éste ya que desde niña fue abusada por su padre.
Así comienza entonces, sin respiro, la novela familiar de Ella.
Ella también es el nombre de la protagonista de la nouvelle de Angot y en este caso, casi en la mitad de la publicación, nos enteramos luego de veinte páginas descriptivas de sexo oral explícito que Él resulta ser el padre de Ella.
Miller nos comenta en ese registro audiovisual que el malestar actual nos encuentra frente a la salida de la época del padre y esto resulta un detalle fundamental que no podemos desconocer, un momento punzante que recorre como eje a esta publicación mencionada.
Para el momento de Freud, éste hizo todo lo posible para salvar al padre, en cambio, para Lacan, el padre es un síntoma ubicando al deseo del padre como pére-version.
Estaríamos entre el El padre o Peor.
En el caso de Ella, esta vez la de la Red, se pierde y no llega puesto que esto mismo le ocurre cuando tiene una cita consigo misma en el momento de su primer entrevista conmigo.
El tránsito de la ciudad de Buenos Aires, puede excusarla como a cualquiera de nosotros que la habitamos, pero cuando se presenta asimismo, diciendo que trabaja en un comercio y al no alcanzarle el dinero para llegar a cubrir sus costos fijos mensuales, extiende su comercio al sexual, mi intervención consiste en aumentar el honorario convenido a cincuenta pesos.
Ella me dice cincuenta?
Y le respondo, efectivamente sin-cuenta.
Se ríe y su risa marca una aceptación convenida.

Iniciará el tratamiento.
Sin embargo, en la segunda entrevista nuevamente llega tarde.
El tránsito, me dice y agrega que siempre se pierde.
Cómo alojarla a Ella?
Su presentación se encuentra entre la fuga hacia la figura de un padre abusador a una profesión que ejerce, la más antigua del mundo, para obtener así la suma de dinero que le permite llegar a fin de mes.
Arthur Schnitzler, uno de los escritores predilectos de Freud, expresa que un hombre busca en cada cocotte a la mujer. Desde esta afirmación, la cocotee, la prostituta puede volverse la mujer ideal para el hombre en la medida en que cumple los requisitos de esta particular elección amorosa.
De Ella hasta ahora sé poco porque continuó nominándose como una mujer perdida.
La llamé en dos oportunidades.
No respondió.
Tampoco pagó las entrevistas hasta ahora.
Quizás Ella piensa que deben pagar por su persona puesto que lo que me debe por las entrevistas que tomó es proporcionalmente igual a lo que cobra, pero más allá de esta circunstancia anecdótica y que puede significar sólo la tentación de un sentido obtenido, Ella se escapa, huye y lo hace desde el nivel del goce. Resulta así, la mujer de todos, de cualquier hombre contra la mujer del Otro en cuanto Uno.
A esa no la encuentra y de esa manera continúa…perdida.
El mensaje de esta semana por whasup fue:
Muchas gracias por llamar. Me estoy ordenando con los tiempos ya que pude conseguir dos trabajos. Para el primero de septiembre me comunico con Ud. para continuar. Mil gracias. Ella
La manera de alojarla es esperarla y llamarla al día siguiente del día prometido.
Por si se pierde.

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