Detrás de un par de botas

Detrás de un par de botas

El argumento de la obra musical “Kinky Boots” nos lleva a hablar de resiliencia, que refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada.

Protagonizada por Martín Bossi, Fernando Dente, Laura Esquivel  y dirigida por Ricky Pashkus, “Kinky Boots” fue uno de los grandes estrenos del 2020. Pero la pandemia del COVID frustró la convocatoria del público que ahora se desquita con su reestreno en el estupendo teatro Astral de la calle Corrientes de la ciudad de Buenos Aires. Con una gran puesta escenográfica y de vestuario, el musical nuevamente está con nosotros y en su máximo esplendor.

“Kinky Boots” está basada en hechos reales. La empresa familiar original se llamaba W.J. Brooks Shoe Company, ubicada en Inglaterra. A diferencia de la puesta teatral y de la película, no solo hacían zapatos para hombres. Steve Pateman, dueño de la fábrica, comenzó a trabajar con una empresa de lencería llamada Laces in Folkestone.

Su colaboración impulsó a Pateman a lanzar una gama de botas bajo el nombre Divine Footwear, línea de zapatos que llegó a los oídos de la BBC para realizar un documental y sus directivos inventaron el nombre Kinky Boots (botas pervertidas). En el año 2000, la producción se paró, pero la fábrica continuó funcionando, manufacturando desde zapatos hasta perfumes.

En 2005, Miramax llevó la historia al cine. Con Lola ya como personaje (que en Buenos Aires compone genialmente Martín Bossi) y con un Charlie Price (Fernando Dente) como excelente co-equiper. La música está compuesta por la gran Cyndi Lauper junto al dramaturgo americano Harvey Fierstein.  

El argumento inicial de la obra musical es que a la fábrica de zapatos no le cierran los números y el hijo del dueño quiere clausurarla. Pero cuando siente que todo se derrumba, piensa que lo mejor es reinventarse, sobre todo cuando hay otras personas empleadas en juego.

Sobre este resurgimiento individual trata la palabra resiliencia, que se refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada. También indica volver a la normalidad. Resiliencia es un término que deriva del verbo en latín resilio, resilire, que significa “saltar hacia atrás, rebotar”. No obstante, no todas las personas poseen esta característica y muchas veces esta habilidad es desconocida por el individuo quien la descubre cuando se encuentra en medio de una situación traumática y que logra superar gracias a su postura de lucha y de continuar adelante a pesar de la adversidad,

Convertir el dolor en una virtud como, por ejemplo, el padecimiento de una enfermedad, la pérdida de un ser querido, la pérdida de cualquier parte de su cuerpo, quedar en bancarrota, entre otros señala que en la resiliencia la fortaleza, invulnerabilidad y resistencia son ingredientes indispensables para salir adelante.

En la época que nos toca vivir, el malestar sumado a la vulnerabilidad que puede acecharnos cotidianamente, resultan argumentos que pueden provocar una enfermedad posible.

Vivimos sometidos a situaciones estresantes que podemos sobrellevar con bienestar y felicidad. Puede considerarse desde la óptica psicoanalítica implementar el concepto de resiliencia en el ámbito clínico como un recurso más en relación al acto analítico pero enfatizando que cada uno tiene su historia personal y sus peculiaridades por las cuales el profesional actúa caso por caso.

Debido a ello se puede intervenir donde se fomente el desarrollo de la resiliencia como una posibilidad interdisciplinaria que amplíe los recursos existentes para el trabajo clínico considerando la esfera individual como la social abriendo líneas de abordajes posibles que no serían recorridas por los psicoanalistas en función de diversos prejuicios teóricos que arrastramos.

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