Deseos compartidos, realidades públicas

Deseos compartidos, realidades públicas

Usamos la obra de teatro “La suerte” como disparador para reflexionar sobre el deseo y la búsqueda de ser madre o padre, y que va más allá del planteo inclusivo de una pareja conformada por dos hombres.

“La suerte” es una obra de teatro testimonial que puede ser vista en el Teatro Timbre 4, donde los protagonistas, Jaime y Julián, cuentan en cincuenta y cinco minutos al espectador cómo vivieron el proceso de ser padres. Esta pareja narra las idas y vueltas de ocho largos años que les llevó concretar su deseo: desde tomar la decisión, asumir la adopción como camino, hasta enfrentarse a las incertidumbres de una ley argentina de adopción que reconoce los derechos de las familias diversas, pero que no las tiene como prioridad. La suerte sólo se encuentra en el título de la obra teatral, porque la realidad de las adopciones es sufrida por sus protagonistas. La puesta teatral resulta una invitación a reflexionar sobre el deseo y la búsqueda de ser madre o padre y que va más allá del planteo inclusivo de una pareja conformada por dos hombres.

El autor de esta obra basada en hechos reales, nacido en Barcelona, arriba a una conclusión: “Tener hijos no es un derecho, tener hijos es un deseo. Un deseo casi secreto”. Esta afirmación nos seduce, nos interpela y nos vuelve a hacer preguntas. Ese secreto que nos susurra desde las entrañas, que a veces puede codificarse con claridad y otras veces se nos enreda con los actuales tiempos de la vida que intentan ser productivos pero siempre acelerados. Asimismo, el proceso de adopción es un secreto compartido con otro donde el amor se construye entre ambos y se acepta la diferencia que cada uno plantea cual la concreción de ser padres adoptantes, que está en relación a un acto de respeto y dignidad siempre presentes. La adopción es un acto de amor puro donde se representan dos conjuntos, adoptantes y adoptados, y entre ambos prevalece la elección mutua.

El psicoanalista Sergio Laia expresa que la adopción de niños por vínculos homoafectivos no presenta diferencia con relación a aquellas realizadas por parejas heteroafectivas. Se utilizan los mismos procedimientos y orientaciones que guían cualquier proceso de adopción donde se garantiza la estabilidad del niño/a a ser adoptado/a proporcionando un hogar y una vida. Este argumento no se diferencia de lo que se espera de una familia en general.

A partir del psicoanálisis, la función materna o paterna no resulta de la correspondencia que se ajusta a criterios de una mujer o un hombre respectiva y necesariamente, porque de acuerdo con las elecciones sexoafectivas que se llevan a cabo en nuestro presente, permitiría que la segregación exista de modo radical.

No es el avión, es el piloto

11/06/2022

Qué son las Zonas Azules, ese puñado de lugares de "vidas extendidas"

11/06/2022