Batman y las decisiones que ponen en juego todas nuestras versiones

Batman y las decisiones que ponen en juego todas nuestras versiones

Batman lleva en sus espaldas una omisión de carácter irreparable: nadie pudo salvar a sus padres y él no podía porque era un niño que contempló a la fuerza una escena espantosa, la muerte de ellos por un delincuente.

“Es en momentos como este, en el frío, en la oscuridad, que siento estoy perdido. Que la ciudad a la cual me entregué, amenaza con aplastarme con el peso de mi propio compromiso con ella”. Las palabras de Batman/Bruce Wayne son las que dan comienzo a la novela gráfica Ego, una de las que alimenta al film The BatmanMatt Reeves, el director, se ha inspirado en dos relatos más del encapotado de Ciudad Gótica: El largo Halloween y Año Uno, del genial Frank Miller. Con esta combinatoria -difícil, por cierto- escribe con Peter Craig un guión que resulta consistente para este thriller-noir que tiene una duración de tres horas. Una historia para fanáticos de Batman y para quien gusta de las intrigas policiales.

En la película se muestra al Batman que comenzó hacer su trabajo hace dos años y esta idea sencilla puede ser una trampa para el realizador que aquí logra salvar la situación de modo notable con el planteo de la duda entre Batman y Bruce Wayne, con el interrogante de si el hombre se comió al personaje o el personaje devoró al hombre que hay en él. Este hombre, por otro lado, no es cualquiera sino un archimillonario con una mente atormentada por buscar venganza por la muerte de sus padres, por establecer justicia por mano propia con la condición de no matar. Esta fue la principal característica de la creación del dibujante Bob Kane y el escritor Bill Finger a finales de 1939. Pero también cómo el superhéroe conoce a la super villana y heroína Catwoman, una bellísima Zoe Kravitz (sí, la hija del cantante). ¿El amor será una trampa para Batman o para Bruce Wayne? 

Su conflicto en relación a la muerte de los padres debe detener todas sus decisiones y el afecto que se le presenta con una mujer deseada. ¿Será en otro tiempo? ¿Será sin ella? Interrogante que encarna Robert Pattinson en la piel del joven Batman con un traje que recuerda la estética Pulp de 1939 y un homenaje que se brinda a Adam West (el Batman televisivo de los 60) en el diseño de la capucha del superhéroe.

Las personas hoy no elegimos solo entre dos opciones sino que estamos en el cruce de varios caminos. Cuando son muchas las direcciones y cuando es tan importante tomar la decisión correcta, el individuo bien puede caer en una postergación permanente, en la búsqueda incesante de información sobre cada opción intentando de este modo evitar la posibilidad del fracaso por haber elegido mal y finalizar no tomando decisión alguna.

La filósofa eslovena Renata Salecl en su último libro “La tiranía de la elección” (Ediciones Godoto) se pregunta si en nuestra sociedad con su insistencia en la elección y el aparente control que esta conlleva privilegia de algún modo una actitud postergatoria hacia la vida. Cuando seguimos, sin poner en cuestión, un sinfín de consejos sobre como cuidarnos, cómo dominar nuestros impulsos, hacia donde avanzar exitosamente, no ganamos ni más certidumbre ni mayor control, Lo que ocurre es que la ideología de la elección elige para nosotros la personalidad que posterga. Si no se elige se vive preso de la angustia de fracasar por que la decisión que se espera, se la encuentra en un ideal que no llega.

Estos problemas éticos aparecen reflejados en The Batman en ambos bandos, el de los héroes, el de los villanos. El propio Batman puede alterar el equilibrio a pesar de ser un subordinado a las leyes naturales y civiles por lo que resulta ejemplificador que emplee sus extraordinarias capacidades con fines benéficos. Resulta genial una escena en la que Batman conduce a los sobrevivientes de un atentado y recuerda cómo algunos soldados reciben a los refugiados de Ucrania en Polonia. Todas estas ambigüedades nos recuerdan qué es el bien. Y Batman lo elige.

Decidimos ver la película pero también decidimos aceptar al héroe por lo que es: un personaje de fábula con el que podemos disfrutar de continuas variaciones sobre el mismo tema. De eso se trata también la narración fílmica y esta historia detectivesca que tiene como protagonistas a un irreconocible Collin Farrel como el Pingüino y a Paul Dano en el rol de Acertijo, será apreciada por admiradores o no del encapotado que vuelve hacer de las suyas en esta nueva e imprescindible saga que podemos elegir ver.

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